jueves, 14 de octubre de 2010

Confesiones de un Tramposo en el SAI (3)

CONFESIONES DE UN TRAMPOSO EN EL SAI parte III: Jaque mate al Elo

Aquellos que hayan leído las anteriores entregas publicadas en este mismo foro de estas “Confesiones...” puede que ya sospecharan que el sistema elo era un campo abonado para las estafas. Pues bien, ahora este amigo tramposo nos desvela cual es la verdadera estafa de este sistema, y como caerá incapaz de soportar el peso del engaño, vamos que el fin de los tiempos o por lo menos el de los elos está a la vuelta de la esquina, de un día para otro. Lean su exposición apocalíptica del fin del elo:

CRISIS MUNDIAL DEL SISTEMA ELO: LA ESTAFA DEL SIGLO

Lo crean o no ya está aquí. Ya ha llegado el fin del ajedrez tal y como ahora lo conocemos. A las tremendas crisis del sistema financiero mundial, y de los mercados internacionales, se les une ahora la del sistema Elo. Y se veía venir. Puede que don Arpad Elo, el padre de la criatura, nunca llegara a imaginar, que su método estadístico de evaluación del nivel de juego fuera a generar un problema tan complejo e insoluble, y sobre todo que la raíz de este problema fuese un factor puramente humano, entiéndase: todo es consecuencia directa del estado de identificación/transferencia entre fuerza de juego real y puntos elo que todo jugador desarrolla con respecto a su rating. Además este problema despliega todo tipo de implicaciones filosóficas, psicológicas y puede que hasta matemáticas. Seguro que todos conocen esa sensación de estar luchando contra un número, una mera performer del rating de nuestro Elo. Y ninguno duda que tarde o temprano ese mismo número y sus variaciones al alza o a la baja le afectan de una manera u otra, transcendiendo la propia competitividad inherente al ajedrez. Da ascopena pensar que es así, pero esa es la verdad señores. Pues bien, eso que se ve afectado por el vaivén del numerito Elo no es otra cosa que su verdadera fuerza de juego. Más o menos el mecanismo funciona así: el sistema Elo pretende reflejar estadísticamente las posibilidades de que un jugador derrote a otro en función a la diferencia de puntos entre sus respectivos ratings. Estos ratings que por definición son variables, se obtienen enfrentamientos con jugadores que ya poseen a su vez un rating elo. Se supone que el sistema Elo refleja como un espejo cual es el potencial de un jugador desde un punto de vista estadístico, pero lo que ocurre al final es un efecto pernicioso en el que el Elo queda reflejado en el interior de un jugador en su propia fuerza de juego (llámenlo alma, espíritu, voluntad, valor, inteligencia o cojones), condicionándola y atrapándola. En algunos jugadores este efecto es más acuciado que en otros, pero se da más o menos de forma general. El Elo al final es un número al que te abonas y te acabas creyendo que eres ese número (“I fell like a number, I’m not a number...” Bob Seger ).

Una vez explicado esto, les pido un ejercicio de imaginación. Traten de considerar los ratings Elo en la FIDE, en las federaciones nacionales, regionales, locales o incluso en las cuentas de membresía en los SAI, como si de cuentas bancarias se tratase. Imaginen que tras sus grandes esfuerzos como jugador en varios torneos internacionales una entidad bancaria denominada FIDE decide que más por resultados que por su forma de juego, abrirle una cuenta en sus oficinas con un valor de salida de 1940 puntos elo/dolares. Ahora bien se trata de un banco muy peculiar, pues cada vez que usted haga uso de su fuerza de juego en alguna competición oficial, ellos tendrán constancia inmediata, y usted estará poniendo en juego ese generoso crédito que le ha concedido la banca FIDE, si resulta que usted gana le aumentarán el crédito según una fórmula diabólica, y si pierde se lo disminuirán aplicando el mismo invento. Parece divertido ¿verdad? ¡Ojalá lo fuera! ¿Que piensan ustedes sobre el asqueroso sistema suizo de emparejamientos en los torneos? ¿No creen que esta pensado para que los de arriba obtengan puntos de los de abajo siempre, y todos queden donde están? Así siempre circulan los puntos Elo de abajo arriba y las diferencias se consolidan y mantienen. Cierto es que se puede progresar, pero las condiciones y rigidez del sistema exigen una fuerza muy superior a la objetivamente necesaria para aumentar la puntuación Elo, es decir los puntos elos rara vez reflejan una fuerza de juego real, que normalmente si experimenta progresos. ¿Qué es lo que ocurre exactamente? Pues señores, lo mismo de siempre que la banca siempre gana. Es así, de hecho controlan las fórmulas de variación del Elo, los sistemas de organización de los torneos, los ritmos de juego, los cuales cada vez son acortados más perjudicando el verdadero sentido profundo del profundo del ajedrez, y valga la redundancia. El ajedrez se convierte en una suerte de adicción reactiva, ¡ja,ja,ja! ¡Que emocionante! y unos pocos puntitos Elo de recompensa para el más rápido, que no es necesariamente el mejor jugador.

Señores, ¡Despierten! lo que esta gente está manipulando no es su Elo, si no su fuerza de juego real (que lo quieran o no ustedes han conseguido condicionarla y casi reducirla a esos “4 dígitos en la pantalla de su monitor” de los que habla Dios). Su fuerza de juego, la de cada uno de ustedes, es un hecho único e irrepetible, no existe ninguna fuerza de juego igual a otra, y estos señores pretende estandarizarlas, nivelarlas y gestionarlas como si de un negocio bancario se tratara, eso sí, el esfuerzo lo ponen ustedes.

Bueno y ahora se preguntarán ¿Qué es lo que va a ocurrir? La verdad que esto dependerá de lo que decidamos cada uno. Volviendo al símil bancario, si mañana un grupo significativo de jugadores se presentara en las federaciones locales, nacionales o internacionales, y también en los SAI, pretendiendo cancelar sus cuentas Elo, dejarlas a cero y liberar así, de este estrecho corsé en el que han confinado nuestra preciada fuerza de juego, estén seguros de que todo el sistema caería rápidamente, y el ajedrez volvería a ser algo más que un juego y ya nunca más un negocio. Ya hay gente reaccionando por ahí, y aunque ustedes no lo sepan, por todo el mundo se están formando comunidades de jugadores desencantados del Elo, que han iniciado un proceso de renuncia, algo así como una desparasitación, aspirando a poder practicar un ajedrez libre y natural, en el que no existe ningún tipo de evaluación de los jugadores, y ni siquiera la reputación dentro de la comunidad es tenida como medida válida y fiable. Ya se habla de cierto SAI en donde no hay ratings, y que parece ser uno de sus principales puntos de encuentro.

Dentro de estas comunidades, una de las más numerosas, radicales, y a la vez desconocidas, es la formada por los Noeloianos, de los que casi nadie ha oído hablar, y es realmente complicado obtener información sobre ellos, pues actualmente son un grupo secreto y muy celoso de sus actividades. De hecho probablemente este post sea la referencia más extensa en castellano que se pueda encontrar en toda la red sobre este tema (y espero que no me cueste ningún disgusto revelároslo). Quizás os hable más detalladamente en próximas entregas de los Noeloianos y sus conexiones con tramposos en los SAI como yo. ¡Viva el ajedrez!

1 comentario:

Javier Fernández Hierro dijo...

En primer lugar, siguen careciendo de credibilidad las afirmaciones extraordinarias sin ningún tipo de prueba que las sustente.
Afirmar que se hace no sé qué sin decir cómo me merece la misma valoración que las acusaciones de haber asesinado a Manolete disfrazado de toro.

En segundo, sigo viendo graves síntomas de paranoia en el texto: imagino que sí habrá quienes estén obsesionados con el rating Elo, pero lo que está claro es que el autor del texto es uno de ellos.

En tercer lugar, la paranoia del autor alcanza a otros asuntos como el sistema suizo de emparejamiento, en el que pretende ver una especie de complot judeomasónico para quitarle puntos de rating. Hagaustelfavor...
Tanto el suizo como sus desempates están orientados a dilucidar de la manera más justa posible las primeras plazas de la clasificación y no las últimas, eso está claro, pero de ahí a pretender que es un complot para no se sabe muy bien qué.

Cuarto:
"Ya se habla de cierto SAI en donde no hay ratings, y que parece ser uno de sus principales puntos de encuentro".
A ver si todo va a ser con ánimo de promocionar un sitio de juego orientado a gente frustrada que se cree que juega mucho mejor de lo que su rating anuncia...


Un poco de seriedad, señores.
El rating Elo es la única medida fiable de la fuerza de juego.
No es perfecta, para empezar porque es una medida relativa y sólo mide con respecto a los jugadores con los que te enfrentas (aquí se podrían hacer interesantes consideraciones sobre la superélite y su fuerza de juego enfrentándose a jugadores que no conocen tanto), pero es la única medida seira de la que disponemos.

¿Dónde jugar cafetero?

Aquí iremos actualizando el listado de bares con tablero. Para enriquecer el mismo puedes hacer un comentario en dicha entrada. Gracias de antemano por tu colaboración.

- Bar Terminal. Calderería, 19. Pamplona (los jueves hay concierto)
- Bar Garazi. Calderería, 36. Pamplona (no hay mucha luz)
- Nuevo Casino Principal. Pza. Castillo, 44. Pamplona (muy tranquilo)
- Bar Atalaya. Ctra. Tajonar, 23. Pamplona (cerca de José Vila)
- Billares Liverpool. Iturralde y Suit, 7. Pamplona (entre carambolas)